http://www.scpr.org/news/2017/03/13/69803/families-wary-of-enrolling-undocumented-kids-in-me/
Decenas de miles de niños en Estados Unidos de forma ilegal están inscritos en Medi-Cal, pero el miedo a la deportación por parte de la administración Trump tiene a muchos de sus padres considerando sacarlos del programa.
Desde la elección de Trump el pasado noviembre, los padres han estado llamando a L.A. Care Health Plan para solicitar que sus hijos sean retirados de Medi-Cal, según los funcionarios de la agencia, que dicen que están asesorando a los que llaman para mantener a sus hijos en el programa.
Una ley estatal que entró en vigor el pasado mes de mayo permite a los menores de 19 años acceder a Medi-Cal, independientemente de su situación migratoria. Hay más de 66.000 niños inmigrantes no autorizados afiliados a Medi-Cal en el condado de Los Ángeles; aproximadamente un tercio se afilió a través de L.A. Care, que se describe a sí mismo como el mayor plan de salud del país gestionado públicamente.
El director general de L.A. Care, John Baackes, dice que su personal está explicando a los padres preocupados que Medi-Cal ya ha compartido la información de sus hijos con los Centros Federales de Servicios de Medicare y Medicaid, pero que, según la política actual, esa agencia no puede compartir información con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas.
El personal del centro de llamadas dice a la gente: "si no has rellenado la [solicitud] y te preocupa tanto, no la rellenes", dice Baackes. "Pero, por otro lado, si has rellenado la [solicitud] no la retires porque es demasiado tarde".
Aunque el CMS no está autorizado a compartir información con el ICE, "creemos que es terrible poner a la gente en esta situación", afirma. "Tener que elegir entre proteger su confidencialidad y conseguir que sus hijos reciban atención sanitaria: nadie debería estar en esa situación".
Si el gobierno federal cambia su política y permite al ICE acceder a la información de los afiliados a Medi-Cal, "probablemente poco podremos hacer al respecto", afirma Baackes.
Los padres preocupados que llaman a L.A. Care parecen estar haciendo caso de los consejos de la agencia, dice, señalando que no ha habido un descenso en las inscripciones.
Según Susie Ramírez, supervisora del departamento de relaciones con los pacientes de la empresa, se ha producido un descenso significativo en el número de familias que inscriben y vuelven a inscribir a niños inmigrantes no autorizados en Medi-Cal en las 16 clínicas de Los Ángeles gestionadas por Eisner Health.
Desde mayo, cuando se puso en marcha la ley, hasta finales de noviembre, se inscribieron en el programa entre 80 y 90 niños al mes. Desde diciembre, la cifra ha bajado a 35 ó 40 al mes, añade Ramírez. Unos 120 niños se reinscribieron cada mes hasta noviembre, y esa cifra se ha reducido a unos 80 al mes desde diciembre, dice.
A Ramírez le preocupa que el miedo a la deportación impida a los pacientes recibir la atención sanitaria que necesitan.
"Si dudan en continuar su atención con nosotros y en seguir accediendo a estos programas, eso afectará a su salud y a la continuidad de su atención", afirma.